LLENADEROS SIN VIGILANCIA
EL UNIVERSAL
miércoles 10 de abril de 2013 12:00 AM
El abandono en que se encuentra el parque nacional también abarca el llenadero ubicado entre estribo Duarte y Sebucán, donde no solo ha sido tomado como un gran botadero de basura sino que ha mermado el suministro de agua que es captada de la montaña a través de un dique de Hidrocapital.
Del llenadero, en la crisis de agua que se vivió en la ciudad, entre 2009 al 2010, funcionaban dos captaciones; hoy solo funciona una manguera donde los camioneros deben esperar media hora para poder cargar, según informaron.
Desde hace un año el mantenimiento de este dique fue traspasado a la Asociación Civil Los Cuatro Palos, que está conformada por los propietarios de los camiones cisternas. "Nosotros no pagamos a Hidrocapital por el agua que cargamos pero nos encargamos del mantenimiento del dique y la planta y por eso es que está por lo menos funcionando una manguera", reveló uno de los choferes de los camiones, quien solicitó no ser identificado.
En el otro llenadero de la Cota Mil, el de la salida de La Castellana (que abastece a quienes llegan con botellones) cunde el desorden, Decenas de personas aprovechan para lavar sus autos con el agua del cerro, y en la isla de la avenida Boyacá hay una montaña de desechos que tiene tres meses allí.
Del llenadero, en la crisis de agua que se vivió en la ciudad, entre 2009 al 2010, funcionaban dos captaciones; hoy solo funciona una manguera donde los camioneros deben esperar media hora para poder cargar, según informaron.
Desde hace un año el mantenimiento de este dique fue traspasado a la Asociación Civil Los Cuatro Palos, que está conformada por los propietarios de los camiones cisternas. "Nosotros no pagamos a Hidrocapital por el agua que cargamos pero nos encargamos del mantenimiento del dique y la planta y por eso es que está por lo menos funcionando una manguera", reveló uno de los choferes de los camiones, quien solicitó no ser identificado.
En el otro llenadero de la Cota Mil, el de la salida de La Castellana (que abastece a quienes llegan con botellones) cunde el desorden, Decenas de personas aprovechan para lavar sus autos con el agua del cerro, y en la isla de la avenida Boyacá hay una montaña de desechos que tiene tres meses allí.
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