Indigentes y desechos atentan contra el Ávila
De los 25 puntos de acceso en más de la mitad hay ocupaciones ilegales
La foto no muestra un basurero urbano, sino la quebrada Sebucán, y el parque Nacional Waraira Repano EDSAÚ OLIVARES
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MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V. | EL UNIVERSAL
miércoles 10 de abril de 2013 12:00 AM
Los 40 kilómetros lineales que abarcan las faldas de El Ávila desde La Pastora hasta la terminal de Oriente se encuentran actualmente en un completo estado de abandono, basura, maleza y ranchos improvisados que abundan en este parque nacional, principal pulmón vegetal de los caraqueños.
A la vista de todo aquel que circula por la Cota Mil se observa como indigentes bajan del parque y atraviesan la vía para llegar a la ciudad, después de pasar la noche, e incluso atracan a los conductores de carros que se quedan accidentados en las noches.
Además se nota que a todo lo largo de las cunetas se encuentran montañas de basura, al igual que en los retiros viales que tiene la avenida Boyacá, que de acuerdo con los visitantes asiduos al parque no se recoge desde hace más de un mes.
Cristina Vaamonde, directora la Organización No Gubernamental (ONG) Una Montaña de Gente, quien recientemente hizo un evaluación del las condiciones del parque nacional, refirió que uno de los problemas más grave está sucediendo es la invasión de los indigentes. "De los 25 accesos principales que tiene el parque en más de la mitad se han instalado indigentes y eso lo saben las autoridades de Inparques y la Guardia Nacional que debería por lo menos hacer inspecciones diarias", indicó.
En un recorrido realizado por las faldas de El Ávila se observó que ha aumentado el número de indigentes que pernoctan en las faldas de la montaña, puentes y retiros viales de la avenida Boyacá, específicamente entre Los Dos Caminos, La Castellana, La Florida, Maripérez y distribuidor Baralt.
Además se han instalado "campamentos" donde se observan restos de animales muertos con sabanas blancas y rojas, lo que evidencia que se realizan prácticas de brujería.
Según el estudio de la ONG, en el parque hay tres tipos de invasiones: las de los indigentes que pernoctan todas las noches y han hecho casas improvisadas; los que solo acuden para consumir drogas y alcohol y las parejas que utilizan ciertos parajes del parque como hotel.
Fallas en los cortafuegos
Otra de las causas de los incendios es la falta de mantenimiento del cortafuego, según la directora de la ONG.
"Recientemente el coordinador del parque nacional, Erick Lenardizzi, anunció que se hizo mantenimiento a fondo del cortafuego, que tiene 25 kilómetros, pero eso es imposible porque Inparques no cuenta con recursos para hacer ese trabajo", indicó. De acuerdo con su versión, Inparques solo cuenta con tres cuadrillas de diez hombres cada una, no tiene suficientes equipos, como palas y machetes entre otros, para hacer este tipo de trabajo y además solo cuenta con un vehículo para hacer recorridos, que la mayoría del tiempo no funciona.
Versión oficial de Inparques
Ante estas denuncias se le solicitó su posición a Inparques, organismo encargado de este parque nacional, y solo se limitó a recordar que el Ministerio Público aprobó, hace dos meses, medidas precautelativas con la intención de salvaguardar la vida de los visitantes, flora y fauna del lugar, informó un vocero del instituto. Entre estas medidas está no permitir la pernocta y revisar los bolsos de los visitantes al parque.
A la vista de todo aquel que circula por la Cota Mil se observa como indigentes bajan del parque y atraviesan la vía para llegar a la ciudad, después de pasar la noche, e incluso atracan a los conductores de carros que se quedan accidentados en las noches.
Además se nota que a todo lo largo de las cunetas se encuentran montañas de basura, al igual que en los retiros viales que tiene la avenida Boyacá, que de acuerdo con los visitantes asiduos al parque no se recoge desde hace más de un mes.
Cristina Vaamonde, directora la Organización No Gubernamental (ONG) Una Montaña de Gente, quien recientemente hizo un evaluación del las condiciones del parque nacional, refirió que uno de los problemas más grave está sucediendo es la invasión de los indigentes. "De los 25 accesos principales que tiene el parque en más de la mitad se han instalado indigentes y eso lo saben las autoridades de Inparques y la Guardia Nacional que debería por lo menos hacer inspecciones diarias", indicó.
En un recorrido realizado por las faldas de El Ávila se observó que ha aumentado el número de indigentes que pernoctan en las faldas de la montaña, puentes y retiros viales de la avenida Boyacá, específicamente entre Los Dos Caminos, La Castellana, La Florida, Maripérez y distribuidor Baralt.
Además se han instalado "campamentos" donde se observan restos de animales muertos con sabanas blancas y rojas, lo que evidencia que se realizan prácticas de brujería.
Según el estudio de la ONG, en el parque hay tres tipos de invasiones: las de los indigentes que pernoctan todas las noches y han hecho casas improvisadas; los que solo acuden para consumir drogas y alcohol y las parejas que utilizan ciertos parajes del parque como hotel.
Fallas en los cortafuegos
Otra de las causas de los incendios es la falta de mantenimiento del cortafuego, según la directora de la ONG.
"Recientemente el coordinador del parque nacional, Erick Lenardizzi, anunció que se hizo mantenimiento a fondo del cortafuego, que tiene 25 kilómetros, pero eso es imposible porque Inparques no cuenta con recursos para hacer ese trabajo", indicó. De acuerdo con su versión, Inparques solo cuenta con tres cuadrillas de diez hombres cada una, no tiene suficientes equipos, como palas y machetes entre otros, para hacer este tipo de trabajo y además solo cuenta con un vehículo para hacer recorridos, que la mayoría del tiempo no funciona.
Versión oficial de Inparques
Ante estas denuncias se le solicitó su posición a Inparques, organismo encargado de este parque nacional, y solo se limitó a recordar que el Ministerio Público aprobó, hace dos meses, medidas precautelativas con la intención de salvaguardar la vida de los visitantes, flora y fauna del lugar, informó un vocero del instituto. Entre estas medidas está no permitir la pernocta y revisar los bolsos de los visitantes al parque.
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