Diversas sociedades ecológicas del país rechazan la propuesta del Gobierno nacional de construir un hotel de lujo en la isla La Borracha, ubicada en el Parque Nacional Mochima, sin un estudio ambiental previo.
A través de un anuncio publicado en la página de la Red de Organizaciones Ambientales de Venezuela (
www.red-ara-venezuela.blogspot.com), ecologistas afirman que hay razones legales y aspectos técnicos a tomar en cuenta.
"La construcción de un hotel de tales proporciones, además de incumplir las leyes, requiere de un estudio ambiental previo para evaluar su impacto, cosa que no se ha hecho", asegura Drai Cabello, de la organización ecologista Conbive.
Fue el pasado 21 de julio cuando el Ministerio del Poder Popular para el Turismo anunció la construcción de un hotel cinco estrellas en una de las islas pertenecientes al archipiélago de Islas Borrachas (al norte de Anzoátegui), con el fin de convertir al estado venezolano en un destino turístico para la nación, tal como reseñó la Agencia Venezolana de Noticias.
El mismo complejo -que forma parte de los 97 aprobados por el presidente Nicolás Maduro para la región- tendría 150 habitaciones, piscinas para adultos y niños, canchas deportivas de tenis, voleibol y baloncesto, gimnasio cubierto y campo de golf.
Pero el decreto presidencial número 276, en su artículo 12, prohibe "cualquier tipo de establecimiento comercial excepto ventas de suvenires, artesanías locales y concesionarios" dentro de los parques nacionales. Ello incluye las urbanizaciones y clubes turísticos públicos y privados.
Según la organización Vitalis, el parque está considerado además como zona primitiva o silvestre, es decir, que solo puede tolerar un uso humano moderado, con fines de investigación, educación ambiental, excursionismo o visita de escenario natural en quietud.
Fauna en riesgo Según Cabello, la zona es un espacio natural "privilegiado" para el desove de tortugas marinas, como la cabezona (
Caretta caretta), la verde (
Chelonia Mydas) o la guaraguá (
Lepidochelys olivacea). En caso de que el hotel sea construido, la contaminación lumínica podría asustar a estos animales.
"Eso sin contar de la cantidad de agua dulce que se requerirá para mantener las áreas verdes, que no sabemos de dónde provendrá y los desechos y basura que perjudicarán a las aves y los arrecifes de coral.
En Mochima -espacio decretado Parque Nacional en el año 1973- hay presencia de delfines comunes (
Delphinus delphis) y ballenas como la arenquera (
Balaenoptera borealis). En tierra firme se encuentran el venado caramerudo (
Odocoileus margaritae), el jaguar (
Panthera onca), algunos cachicamos (género
Dasypodidae) y pelícanos (
Pelecanidae).
"No estamos en contra de impulsar el turismo venezolano. Al contrario, celebramos que Mochima sea considerado un destino turístico. Pero nuestra misión es preservar la biodiversidad. Se pueden construir hoteles en zonas urbanas cercanas y llevar a los turistas de paseos por distintos puntos del parque", apunta Cabello.
Según el biólogo, solo 16% del territorio natural venezolano cuenta con amparo legal de protección ambiental.
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