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lunes, marzo 14, 2011

Incendios del año pasado dejaron zonas vulnerables en el Ávila

Lugares de difícil acceso se cubrieron de una capa vegetal muy combustible
JAVIER BRASSESCO |  EL UNIVERSAL
lunes 14 de marzo de 2011  12:00 AM
El año pasado el Ávila fue atacada como pocas veces en su historia: primero el fuego, que vino como consecuencia de la sequía y que en total afectó casi dos mil de sus 85.192 hectáreas, y luego las lluvias, que solo en su vertiente sur dejaron como saldo más de treinta derrumbes que se llevaron por el medio no solo senderos sino también redes hídricas.

El esfuerzo de recuperación ha sido titánico, y más de 300 mil nuevas especies fueron plantadas por Inparques entre mayo y octubre pasados, organismo que además ha emprendido una rehabilitación integral de los 23 kilómetros de cortafuego que empezó en diciembre y que deberá concluir el próximo 30 de abril.

Sin embargo, los incendios hicieron más vulnerables zonas de alta montaña (sobre todo al nivel de Estribo de Duarte) que como no han podido reforestarse debido a su difícil acceso se han cubierto de hierba y sabana, que es el combustible ideal para los incendios.

El estado de estas zonas es muy delicado, según explica Cristina Vaamonde, de la organización ambiental Una Montaña de Gente: "Se trata de lugares que por el fuego perdieron su vegetación natural tipo boscosa y hoy están cubiertos de vegetación del tipo de las gramíneas. Para recuperar esas zonas se necesitarían unos diez años".

Este año ha sido muy particular en el aspecto climático, y la temporada seca parece haberse corrido (la temperatura es inusualmente baja para cualquier marzo). En estos momentos, la humedad en los suelos hace que los incendios forestales no representen una amenaza inmediata, pero eso puede cambiar muy rápido.

Por eso Vaamonde alaba los esfuerzos que desde hace meses viene realizando el coordinador del parque nacional Guaraira Repano, Javier Hernández, en la rehabilitación del cortafuegos, la red hídrica y el sistema de senderos. Pero al mismo tiempo advierte que las autoridades deben parar a tiempo la proliferación de indigentes en las faldas del Ávila (ya habituales en Maripérez y Boleíta Norte), la práctica de santería y las llamadas "quemas controladas", presentes sobre todo hacia la zona de Caucagüita y llevadas a cabo por gente que quiere despejar terrenos para la siembra.

Javier Hernández cree que la montaña recibirá esta sequía mejor preparada que el año pasado, pues todo el cortafuego estará rehabilitado para finales de abril, así como los puntos más críticos de la red hídrica. Y resalta que incluso el año pasado, en medio de una de las peores sequías que recuerdan los caraqueños, casi el 98 por ciento de toda la extensión del Ávila no fue tocada por los incendios forestales.

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